Probablemente los profesores tengamos mucha más culpa de la que se piensa. Quizás por comodidad nos hemos vuelto poco exigentes. Estoy harto de corregir exámenes donde los alumnos contestan (incluso por extenso) pero no a lo que se pregunta. Es como si, preguntes lo que preguntes, el alumno contesta siempre lo poco que ha estudiado. Pero con este sistema aprueban curso tras curso. ¿Será que los profesores no corregimos los exámenes, o que aceptamos cualquier respuesta?
Probablemente tenemos más culpa de la que reconocemos. Por acción o por omisión. Si además los gestores académicos que sufrimos nos incentivan a aprobar vía complementos, acreditaciones, etc. el resultado es fácilmente imaginable.
Claro que los profesores tenemos parte de la responsabilidad. Como los gestores; como los alumnos; como los políticos; como los votantes. ¿Soluciones? Un país donde los lemas de "Que inventen ellos", "Toma el dinero y corre", "Sálvese quien pueda", "Después de mí, el diluvio" son blasones familiares no tiene solución. Prueba: nuestra economía se hunde y unos y otros seguimos haciendo como si no pasara nada, seguimos sin QUERER ver las raíces del mal. ¿La solución de España? En el aeropuerto.
Probablemente los profesores tengamos mucha más culpa de la que se piensa. Quizás por comodidad nos hemos vuelto poco exigentes.
ResponderEliminarEstoy harto de corregir exámenes donde los alumnos contestan (incluso por extenso) pero no a lo que se pregunta. Es como si, preguntes lo que preguntes, el alumno contesta siempre lo poco que ha estudiado. Pero con este sistema aprueban curso tras curso. ¿Será que los profesores no corregimos los exámenes, o que aceptamos cualquier respuesta?
Probablemente tenemos más culpa de la que reconocemos. Por acción o por omisión. Si además los gestores académicos que sufrimos nos incentivan a aprobar vía complementos, acreditaciones, etc. el resultado es fácilmente imaginable.
ResponderEliminarClaro que los profesores tenemos parte de la responsabilidad. Como los gestores; como los alumnos; como los políticos; como los votantes. ¿Soluciones? Un país donde los lemas de "Que inventen ellos", "Toma el dinero y corre", "Sálvese quien pueda", "Después de mí, el diluvio" son blasones familiares no tiene solución. Prueba: nuestra economía se hunde y unos y otros seguimos haciendo como si no pasara nada, seguimos sin QUERER ver las raíces del mal. ¿La solución de España? En el aeropuerto.
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