Ya hemos hablado en este blog de las lamentables actitud y aptitud de nuestros alumnos. A veces, tenemos la sensación de que sólo ocurre con nuestros estudiantes y asignaturas y que, en el resto, esos mismos alumnos se vuelven personas trabajadoras, preparadas y deseosas de aprender. Sobre todo, cuando conoces las notas que han obtenido en el primer curso de grado.
Así que, qué quieren que les diga, cuando leo este artículo del Profesor Anecado, respiro un poco más tranquilo. Ya sé que mal de muchos consuelo de tontos, pero es que éste es uno de los pocos consuelos que nos quedan. Al menos, compruebas que lo de nuestros alumnos no es debido a un virus maligno que ha atacado a las neuronas de la población universitaria malagueña, ni que cuando entran en nuestras clases se vuelven inoperantes, para recuperar la actividad intelectual a la siguiente.
Pero hoy os quiero hacer una pregunta. La semana pasada, tras explicarles la materia corresondiente, empezamos a hacer un ejercicio en clase que resumía todo lo visto en teoría. Planteamos el ejercicio entre todos y les pedí que, por favor, lo terminaran para la semana siguiente (¡una semana!), pues era básico para seguir trabajando. Ellos saben que se los pido. El ejecicio queda archivado en su cartera de trabajos (portfolio para los pedagogos). Saben que la calificación final la van consiguiendo mediante pequeñas notas como éstas. ¿Cuántos lo realizaron? Un 20%. Eso, con una semana de por medio durante la cual han tenido la oportunidad de acudir a tutorías presenciales, o incluso de consultar cualquier duda a través del correo electrónico o la plataforma virtual.
Y ahora viene mi pregunta: ¿QUÉ HAGO? He contemplado varias alternativas y no sé por cuál decantarme:
a) Quedarme en clase con ese 20%. Lo que implica expulsar al 80% de los alumnos de clase.
b) Hacerme el tonto, dorarles la píldora para que no me maltraten en la encuesta y al final dar el palo con la calificación final.
c) Publicar la calificación provisional semanalmente y demostrarles que así sólo aprueban el 10%. Esto lo hacía el año pasado y fue horroroso.
d) No complicarme la vida y aprobar al 90% de los alumnos, lo que sin duda hara disminuir el fracaso escolar y redundará en la excelencia de nuestra institución.
e) ...
Por favor, echadme una mano, ¿QUÉ HAGO?
Te diré lo que yo voy a hacer yo. Seguir pidiendo un nivel mínimo aceptable, y no aprobar a quién no siga. Cuando las instituciones universitarias me presionen, me haré la pregunta que tú te haces ahora. Pero no antes.
ResponderEliminarAnecado, la pregunta era, en parte, retórica, pues como tú vas a hacer, nosotros vamos a exigir un nivel mínimo aceptable, si o si. Lo que si me gustaría saber es si los lectores del blog expulsarían a los alumnos que no traen el ejercicio hecho (no digo bien hecho).
ResponderEliminarY por otro lado no se a qué presiones te refieres, por que aquí ya existen aunque sean indirectas y solapadas. Ya te contaré.
Publica las notas, a los alumnos les gusta saber por donde van.
ResponderEliminarHace poco tiempo que os sigo, a vosotros y a Anecado, y coincido plenamente en el análisis y las dudas sobre quién tiene la responsabilidad de la actitud actual de los alumnos.
ResponderEliminarCon el "famoso" grado comenzamos el curso pasado. Para mí ha sido traumático. He pasado de segundo curso a primero, con la "suerte" de que, al menos, es segundo cuatrimestre y ya andan algo rodados y, sobre todo, filtrados. Pero no lo suficiente.
También me creí lo de la "evaluación continua".
Todo lo que contáis me ha llevado a replantearme por completo el próximo cuatrimestre que iniciamos en febrero. Generalizando, volver a acercarme al examen tradicional, con parciales por no dejarlo todo a un único atracón (que tampoco me lo permitirían mis jefes, pero si haces un parcial...).
Sobre lo que contáis de ese porcentaje de alumnos que sí parece que están en clase por algo, pretendo "descubrirlos" y "apartarlos" de los demás. Algo así como "si solo estás aquí por el aprobado, y si suena la flauta" para eso tienes un par de exámenes durante el curso; "si, realmente, quieres aprender vamos a hablar de lo que podemos hacer". Y, a estos, sí hacerles una evaluación continua, de las de verdad, con trabajos y proyectos, incluso "eximiéndoles" de ir a clase cambiándolo por otro tipo de reuniones.
No sé:
1) cómo me saldrá el proceso de "descubrimiento" de estos alumnos
2) cómo me responderán; obviamente, a los caraduras también los tengo que "descubrir"
Pero lo voy a intentar. Creo que ese 10-20-30% se lo merecen.
Perdón por tantas comillas, pero parece que ahora hay que decir las cosas mirando por encima de todos los hombros que tengas.
Me gustaría leer un poco más de detalles sobre ese "fue horroroso" y sobre las presiones indirectas y solapadas. Soy profesora en tu misma universidad y por ahora no he recibido ninguna.
ResponderEliminarLa verdad es que yo tampoco sé que hacer en estas situaciones, es un poco desesperante ver no ya la falta de capacidad sino de trabajo e interés.
Hay alumnos que seguro que les interesa la materia y están predispuestos a aprender, de hecho lo están haciendo, pero en un grupo dónde el 80% esta "ausente" como su estado... debatir se convierte en algo aburrido y sin sentido, se para el ritmo de clase para repetir lo mismo una y otra vez. Entiendo perfectamente la "frustración" que comentas, en clase a veces se te nota.
ResponderEliminarOtra pregunta: ¿por qué, dado que el problema son ellos (y las circunstancias que los han "preparado" así), tienes tú que hacer algo...? ¿Cómo han podido meternos tan dentro de la cabeza que TODA la responsabilidad es nuestra?
ResponderEliminarPor aportar algo constructivo: yo suelo hacer mi trabajo lo más justamente posible. Eso sí, hay diversas maneras de encauzar a los buenos, estimularlos a superarse, a dar lo mejor de sí mismos... y de dejar para los malos simplemente el trato justo.
El "horroroso" se refería a la experiencia del curso pasado. Yo llevo con este sistema, del que hemos hablado en alguna entrada anterior, tres años. Pero, este último, primero de Bolonia fue desolador. Los alumnos eran de 1º curso de un grado que no existía antes, al que se matricularon, como última elección cuando aprobaron en septiembre la selectividad y no lo dejaban matricularse en otro sitio. Te puedes imaginar el nivel. La publicación de las notas era recordarles continuamente que no aprobaban y se me volvió en contra. Deje de ser "cool".
ResponderEliminarCon respecto a las presiones, si decides exigir un mínimo, ya me contarás. También tenemos una entrada sobre el tema.
Se hablado de que el cambio al grado ha sido traumático para alguno de los participantes. Yo he pasado de una ingeniería técnica en informática al grado correspondiente... y tengo la sensación de haberme cambiado de planeta: apatía, desgana, dejadez, desinterés, no dan idea de cómo está el patio cuando doy clase. A este se añade un plan de estudios que coloca una asignatura de final de tercero (en LRU) a principios de segundo (en grado), de manera que carecen de las bases elementales. Todo les cuesta un esfuerzo terrible: leer las lecturas, comprobar los códigos... uno me ha llamado negrero porque tienen que hacer una práctica (muy asequible) a la semana, otro dice que se siente discriminado porque al ser su grupo de prácticas el último, tiene menos tiempo que sus compañeros... son bebés de metro ochenta. Lo confieso: estoy profundamente consternado esto año. La solución pasa por adaptarse a lo que hay y aceptar que los niveles que impartíamos ya no serán nunca más... porque el legislador así lo ha decidido.
ResponderEliminarAh, por cierto. En mi universidad las presiones existen, de varios colores. Lean esto (me tomo el permiso de los amables Che y Curro para publicar el link):
http://profesor-anecado.blogspot.com/2011/08/nueva-inspeccion-general-de-servicios.html
Y sí, yo también dejé de ser cool... ahora soy el ogro de segundo.
Solo tengo experiencia en la universidad, directamente tienen un 0. Compañeros míos en una universidad privada (donde ya no doy clases por suerte) les "castigaban" a hacerlos en clase... Así nunca tienen sentido de la obligación. Para mí es simple.
ResponderEliminarM
Por supuesto que tienen un cero. La pregunta es si alguien echaría de clase al 80% que es lo que a mí me pide el cuerpo. Y trabajar con los que verdaderamente tienen ganas.
ResponderEliminarNo puedes negarles la entrada a un aula, me temo que dirían nuestras autoridades académicas... Es más, ¿alguien conoce alguna normativa que especifique en qué condiciones y bajo qué criterios se puede expulsar a un alumno universitario de un aula (si es que existe la posibilidad)?
ResponderEliminarComo estudiante que intenta tomarse la carrera de una manera seria y responsable, lo primero que pienso es que los alumnos que no hayan entregado el trabajo tengan la calificación correspondiente (0). Por otro lado, también publicaría notas parciales para que cada alumno sepa cómo va y puedan (si quieren) "ponerse las pilas". No sé cómo de catastrófica sería la experiencia del año pasado, pero creo que puede ser algo positivo.
ResponderEliminarDejo lo más polémico para el final. Yo trabajaría con ese 20%, les motivaría, sacaría lo mejor de ellos, les exigiría las máximas calificaciones, porque son los alumnos que de verdad tienen ganas e ilusión por trabajar. El resto, aunque sean la inmensa mayoría, que se apañen como puedan. No se puede dar facilidades a quien no trabaja (aunque es lo que ocurre siempre, como con las becas), pues lo que conseguimos es que siga sin trabajar. Y no creo que sea bueno para nadie tener gente que viva por y para la ley del mínimo esfuerzo.
Reconozcámoslo, muchos (no me atrevo a dar un porcentaje) se conforman con lo mínimo y por su culpa, la gente con más potencial o con más capacidad de trabajo no alcanza todo su potencial. Y es una pena que los alumnos más capacitados no rindan al máximo, porque son ellos los que el día de mañana deberían llevar las riendas de la educación, la política, la economía, la investigación científica...
Si hay que trabajar con 20 e ignorar a 80 pues se hace, puesto que esos 20 se lo merecen. Y los otros que se den cuenta de que con sus actitudes no van a conseguir nada.
Pero bueno, estamos en España y ya se sabe...
(Aprovecho para hacer un poco de autopublicidad de mi blog: nosolomedicina.blogspot.com Por si alguien tiene un rato y ganas de leer alguna cosilla. Gracias)
Me temo que no está en tus atribuciones echarles de clase.
ResponderEliminarEn esa tesitura, se me ocurre, que en vez de "echarles", les "invitemos" a salir; haciendo hincapié en que se trata de una invitación, -que les agradeceríamos que aceptaran-, pues no sabemos si podemos legalmente expulsarles...
ResponderEliminarYa hay por ahi un proyecto de ley de Disciplina y Convivencia académica. No dice nada de las aulas, pero como proyecto de ley cada universidad, cuando se apruebe este proyecto, si lo hace el nuevo gobierno,... ya podra regular el tema de las aulas si quiere y cómo comportarse en clase. Las faltas graves y muy graves conllevarán también sanción economica para los alumnos.
ResponderEliminarLo mejor es que en alguna comunidad, el consejo de estudiantes ya ha propuesto que se instaure la figura del abogado de oficio para defender a los estudiantes cuando se les acuse de mal comportamiento.
Resumiendo: echarás al alumno de clase por mal comportamiento como por ejemplo estar jugando en línia con su portátil y, por tanto, malgastando fondos públicos. A las pocas horas, lo tendrás con su abogado en tu despacho. En pocos días te habrán abierto expediente a ti, pero como tú no tendrás derecho a un abogado tendrás que defenderte como puedas y sepas. Si tienes suerte y has tenido que hacer ya algun recurso que otro a la ANECA, sabrás algo de derecho administro. Esto te ayudará, pero no impedirá que acabes indemnizando al alumno por daño moral.
No sé, este país se hunde.
M_Aseret
Sí, M_Aseret,
ResponderEliminarAlgo así:
http://www.youtube.com/watch?v=lg5jPrF8Fh0
Y a ver, si hundiéndose de una puñetera vez, los supervivientes ponen algo de sensatez; porque lo que ahora hay es repugnante.
Respondiendo a la pregunta de los autores: por supuesto, por el bien de todos, invertir el esfuerto en los buenos estudiantes y ponerles las cosas complicadas (invitarles a marcharse) a los vagos subvencionados. Repito: por el bien de todos.
Nada, nada, por los abogados de oficio boloñeses no preocuparos, ¿o alguien piensa que saldrán sabiendo derecho de la facultad con el plan de estudios boloñés?, ¿de verdad que hay alguna persona con un poco de sentido común que piense que, por ejemplo, se puede “estudiar” el Derecho Civil en 18 meses?.
ResponderEliminarME gustaría saber, si tan mal están los alumnos, cuál es tu índice de aprobados, porque supongo que tendrás muy poquitos y, si te has planteado cambiar la metología, porque obviamente no es la correcta.
ResponderEliminarPues respuesta no sé si podré darte pero te puedo contar lo que me sucedió a mi ayer. Examen de cálculo diferencial, dentro del sistema que yo denomino "evaluación discreta continuamente". Pongo una pregunta discriminante ( dos derivadas de funciones de una variable una exponencial y un seno). Si no contestan bien, no les corrijo el resto del examen (eran facilísinas)... Resultado: 90% sacan un cero. Se presentaron 300 ( tres grupos reducidos, claro). No he publicado las notas porque tampoco sé que hacer... Sugerencias?????? Hice más de 100 derivadas en clase... Qué está pasando???? Ya sabían lo que les iba a preguntar y las consecuencias...
ResponderEliminarEstoy muy deprimida, acepto sugerencias!
Muestra tu descontento con los alumnos que no han hecho el trabajo y ofréceles la posibilidad de que brinden otra alternativa con la que poder seguir el ritmo de la enseñanza. Si sale alguna seria se discute y se decide. Si no hay alternativa, ofrece la posibilidad a los que no quieran estudiar la asignatura que se vayan de clase y que dejen a los que quieren hacerlo seguir el ritmo de la enseñanza.
ResponderEliminarAl 20% que lo ha hecho correctamente les pondría un punto positivo o una recompensa que premie su buen hacer, y si realmente es fundamental para seguir avanzando, perdería otra semana con un ejercicio similar con alguna variación para que no se duerman los que ya sabe hacerlo, intentando subir la participación de los alumnos al principio del mismo. . . . . . Y con el aviso a la clase entera de que quien quiera llegar al final del trayecto (aprobado) debe coger el tren en la parada, porque hacerlo con el tren en marcha es mucho más complicado. . . .. . . . .
Si quieren acabar la carrera, más tarde o más temprano tendrán que enfrentarse con esta signatura, la pregunta que debe hacerse cada uno es: ¿es ahora el momento?
JA