Vaya por delante, por si no había quedado claro en la anterior entrada, que rechazamos la visión mercantilista de la Universidad, y por tanto, la consideración del alumno como otra cosa que no sea una persona que nos confía su formación. Pero, ya que estamos haciendo analogías (esta entrada es continuación de El alumno como cliente) sigamos haciéndolas, pero en condiciones. Así que, si nuestros dirigentes quieren utilizar la empresa como modelo, que tomen nota. El alumno es a la Universidad lo que la materia prima es a una empresa productiva. Y una buena gestión de la materia prima, si queremos hacer un buen producto final, consiste en:
1.- Control de calidad en el momento de la compra.
1.1.- Los alumnos que entren en la Universidad deben haber demostrado que están preparados para cursar un grado universitario. Lo de la actual selectividad y su 97% de aprobados es de risa y no merece más comentarios.
1.2. Los alumnos que quieran entrar en la Facultad de Económicas deben cursar un bachillerato serio donde se estudien matemáticas. Si no, corremos el riesgo de que algún alumno no sepa aplicar un porcentaje, como así ocurre. Según los compañeros de media, los estudiantes que no quieren, no pueden, no sirven, o no saben, cursan el bachillerato "social" y los profesores se pelean por no darles clase. ¡Esa materia prima es la que nosotros elegimos para nuestros grados! Hace unas semanas, charlando con una alumna, me comentaba que afortunadamente eligió el bachillerato de salud (en un principio quería estudiar medicina y en el último momento cambió de idea), pues los compañeros del bachillerato social no tenían ni idea de matemáticas y eso les imposibilitaba estudiar las propias matemáticas y la teoría económica.
2.- Control de calidad durante el proceso productivo. Al alumno hay que exigirle:
2.1.- Formas. En chanclas y bañador no se puede hacer un examen por mucho calor que haga en Málaga en el mes de junio.
2.2.- Fondo. Al alumno, no hay que pedirle que recite como un papagayo unos apuntes mal tomados del dictado de unos papeles amarillos que se supone que describían la asignatura hace muchos años. Al alumno hay que exigirle espíritu crítico, que sepa resolver problemas con las armas que tenemos hoy en el siglo XXI y que, además, sepa exponer su conocimiento hablando en público y por escrito.
3.- Control de calidad del producto final. El más importante en una economía de mercado, no podemos sacar al mercado productos defectuosos (aunque vayan adornados con varios sellos de calidad). Y eso es exactamente lo que estamos haciendo. Con un agravante, que no tiene perdón: la buena materia prima que por casualidad entra en nuestro proceso productivo, nos la cargamos, bien por puro contagio, o bien por aburrimiento.
Si una empresa sacara al mercado productos defectuosos de forma continua ¿cuánto pensáis que duraría en el mercado? Así, que dejaos de clientes y preocupaos de gestionar la materia prima que la Sociedad pone en nuestras manos.
Las personas no son productos.
ResponderEliminarLas personas no son piezas de maquinaria.
Siento discrepar. Desde que nacemos, estamos siendo condicionados, a ser materia, productos, esclavos, piezas y grasa, engranajes para que funcione la maquina. No les interesa gente capaz de pensar por si misma, sino que obedezcan ciegamente, si consigues salir de ese escalon, tienen otros medios para encerrarte y esclavizarte, para q tu controles al resto de borregos. estamos en una sociedad estamental.
Eliminar"El sistema capitalista no precisa de individuos cultivados, sólo de hombres formados en un terreno ultraespecífico que se ciñan al esquema productivo sin cuestionarlo"
EliminarKarl Marx,
Miseria de la filosofía)
¿Para cuándo un eficiente control de calidad de los profesores de la Universidad? La Universidad Española y, en concreto, la de Málaga es un lugar donde se practica el incesto académico de manera absolutamente descarada. Más endogámica no puede ser. ¿Para cuándo oposiciones libres y competitivas para acceder a los puestos de profesor titular? La Universidad de Málaga (y otras muchas) está plagada de titulares que accedieron a su plaza eludiendo competencia alguna.
ResponderEliminarResulta un poco vergonzante que los profesores se quejen del nivel de los alumnos cuando por definición son eso, alumnos, principiantes... ¿por qué no elevar la responsabilidad a los profesores de los niveles previos? Avergüenza más viendo el nivel de los profesores universitarios. Penoso.
ResponderEliminarNada ni nadie les va a exigir a los alumnos que a la Universidad vengan con los conocimientos, de la carrera que hayan decidido cursar, adquiridos. Evidentemente, sería estúpido. Pero si les van a exigir, es que deben hacerlo, que hayan adquirido los conocimientos propios de la enseñanza de los niveles previos (primaria, secundaria y bachillerato). Y hablo de conocimientos básicos, como por ejemplo, ortografía, lectura comprensiva, razonamiento lógico matemático. Creo que coincidiremos en eso, ¿no? .
ResponderEliminarDejemos de mirar la paja en el ojo ajeno y empecemos a ver la viga en el nuestro, nos irá mejor
Una vez más delegando responsabilidades. ¿si un alumno no llega con el nivel suficiente por qué se le permite acceder a la universidad? Fallan los profesores que pasan la mano. Falla el sistema que lo permite. Fallan los criterios de selección de las universidades. Claro, olvidaba que a la universidad le conviene "el alumno como cliente...".La responsabilidad es de los profesores de secundaria. ¿"Dejemos de mirar la paja..."? Supongo coincidrá en eso. En buena lógica, no seamos sesgados. Claro que hay alumnos que fallan, pero la responsabilidad está por encima de ellos.
ResponderEliminarHe tenido el placer de recibir clase de una de las personas que escribe en éste blog, y mal profesor no es... La universidad es como todo en la vida, hay personas mejores y peores, profesores mejores y peores, pero si es cierto que el nivel de educación secundaria en España es penoso, y que no se puede empezar a reformar la casa por el tejado. Una "reforma" en la educación universitaria no sirve de nada si la materia prima viene defectuosa. Hay que empezar desde abajo.
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