Me imagino (por desear que no quede) que, solos o en compañía de otros, antes o después, saldremos de ésta. Sin embargo, desde mi punto de vista, la pregunta es: una vez que salgamos, ¿cuánto tiempo tardaremos en volver a caer, a tropezar con la misma piedra?, y si volvemos a caer en manos de ignorantes y no tan ignorantes ¿podremos exigirles responsabilidades más allá de las políticas en las urnas?. En el ámbito de la empresa privada, los administradores responden ante los accionistas y acreedores sociales de sus actos negligentes, no digamos ya de los “menos” negligentes y hemos de considerar que la responsabilidad de los accionistas es limitada, es decir, que puestos a perder, pierden lo invertido y nada más que lo invertido. Si esto es así en la empresa privada donde los perjudicados y la responsabilidad están limitadas, ¿por qué no existe otro tipo de responsabilidad distinta a la política ante actos tan negligentes y/o “menos” negligentes como los que hemos visto estos años atrás por parte de políticos de todo signo?. En todo caso, la responsabilidad de los gilitontos del IRPF está limitada exclusivamente por los deseos del gobierno de turno, afectando a un colectivo “un tanto más amplio” que en la mayor de las sociedades de capital. En definitiva, que volveremos a caer en los mismos errores, seguro; que seguirán existiendo gestores públicos ignorantes e incompetentes, sin duda; que no recuperaremos ni la más nimia cantidad de lo negligentemente gastado o invertido, cierto; pero que debemos dotarnos de normas para exigir responsabilidades más allá de las políticas a los gestores públicos negligentes e incompetentes es necesario, un requisito imprescindible para intentar, al menos, que no se sientan impunes y que no se repitan con cierta asiduidad sus desmanes. Por desear que no quede.
1. Acabar con las empresas públicas, ayuntamientos sobredimensionados, y similares también supone retirar dinero del sistema. 2. Aquellos gastos de "existencia inútil" deben ser eliminados pues en economia existe aquello del coste de oportunidad. Y lo que gasto en inutilidades impide dedicar dinero a cosas productivas, que puedan generar riqueza y reduzcan la necesidad de reducir gastos.
El personalmente repensaría el sistema de presupuestación de organismos publicos. Lo veo cada en la día en la universidad... si cuanto más gastas más puedes pedir, acabas duplicando el presupuesto (pese a a la reducción de ingresos) y eso es... malo, malo.
Excelente resumen :)
ResponderEliminarMe imagino (por desear que no quede) que, solos o en compañía de otros, antes o después, saldremos de ésta.
ResponderEliminarSin embargo, desde mi punto de vista, la pregunta es: una vez que salgamos, ¿cuánto tiempo tardaremos en volver a caer, a tropezar con la misma piedra?, y si volvemos a caer en manos de ignorantes y no tan ignorantes ¿podremos exigirles responsabilidades más allá de las políticas en las urnas?.
En el ámbito de la empresa privada, los administradores responden ante los accionistas y acreedores sociales de sus actos negligentes, no digamos ya de los “menos” negligentes y hemos de considerar que la responsabilidad de los accionistas es limitada, es decir, que puestos a perder, pierden lo invertido y nada más que lo invertido.
Si esto es así en la empresa privada donde los perjudicados y la responsabilidad están limitadas, ¿por qué no existe otro tipo de responsabilidad distinta a la política ante actos tan negligentes y/o “menos” negligentes como los que hemos visto estos años atrás por parte de políticos de todo signo?. En todo caso, la responsabilidad de los gilitontos del IRPF está limitada exclusivamente por los deseos del gobierno de turno, afectando a un colectivo “un tanto más amplio” que en la mayor de las sociedades de capital.
En definitiva, que volveremos a caer en los mismos errores, seguro; que seguirán existiendo gestores públicos ignorantes e incompetentes, sin duda; que no recuperaremos ni la más nimia cantidad de lo negligentemente gastado o invertido, cierto; pero que debemos dotarnos de normas para exigir responsabilidades más allá de las políticas a los gestores públicos negligentes e incompetentes es necesario, un requisito imprescindible para intentar, al menos, que no se sientan impunes y que no se repitan con cierta asiduidad sus desmanes.
Por desear que no quede.
Dos cosas:
ResponderEliminar1. Acabar con las empresas públicas, ayuntamientos sobredimensionados, y similares también supone retirar dinero del sistema.
2. Aquellos gastos de "existencia inútil" deben ser eliminados pues en economia existe aquello del coste de oportunidad. Y lo que gasto en inutilidades impide dedicar dinero a cosas productivas, que puedan generar riqueza y reduzcan la necesidad de reducir gastos.
El personalmente repensaría el sistema de presupuestación de organismos publicos. Lo veo cada en la día en la universidad... si cuanto más gastas más puedes pedir, acabas duplicando el presupuesto (pese a a la reducción de ingresos) y eso es... malo, malo.