1 de septiembre de 2011

     1 de septiembre de 2011. Amanece un nuevo curso en el Complejo de Estudios Sociales y Empresariales de la Excelente Universidad de Málaga. Como todos sus demás centros, éste ha permanecido cerrado durante prácticamente todo el mes de agosto, como medida de ahorro ante los ahogos presupuestarios pasados, presentes y, lamentablemente, futuros que nos acucian (cabría preguntarse si no se hubiese producido un mayor ahorro de no haberse construido este innecesario centro, pero ése será el tema de otra entrada del blog).

     Pues bien, ya digo, 1 de septiembre y examen de una de nuestras asignaturas. Y el aire acondicionado no funciona. Es lo que tienen los campus de excelencia, digo yo. Me dicen que los encargados de mantenimiento se afanan por poner remedio cuanto antes a este problema, mientras alumnos y profesores nos tostamos en las recalentadas aulas donde se realizan los exámenes. Y no es que yo no me crea que se estén esforzando; seguro que sí. Pero me da por pensar que en cualquier sitio normal (no digamos ya excelente), alguien se hubiese encargado de que el personal de mantenimiento se hubiese afanado unos cuantos días antes, para tener en perfectas condiciones los centros el día que empiezan los exámenes. Tonterías de las mías.

      No digo yo que se hubiese pensado en los profesores que hayan tenido que venir al centro en agosto para preparar los exámenes y demás. Al fin y al cabo, ya se sabe que somos todos unos privilegiados (sobre todo los funcionarios) y no merecemos ni el aire que respiramos. A sudar la camisa, que para eso nos pagan (muchísimo). Pero hombre, hacerle esto a los alumnos...