lunes, 23 de enero de 2012

El alumno como cliente

Estoy un poco harto de la consideración del alumno como cliente. En nombre de esta idea, los aprendices de ejecutivos agresivos nos pretenden enseñar cómo funcionar en una economía de mercado. No tengo nada en contra de la economía de mercado, al contrario, soy firme partidario de la misma, siempre y cuando funcione bien y se exceptúen determinados servicios para los que el mercado se ha demostrado incapaz de distribuir adecuadamente. Pero lo que es imprescindible es identificar correctamente los agentes económicos y su papel en el intercambio de bienes y servicios. Tener un poco de idea de Economía o simplemente de sentido común.

Vamos a ver, al margen de otras consideraciones éticas, el cliente es el que paga por un bien o servicio. Por tanto, veamos quién es el cliente en la Universidad:

1.- Dado que los alumnos de nuestras facultades abonan en el mejor de los casos el 15% del coste de sus estudios y que el 85% restante lo abona la sociedad mediante los impuestos, el cliente de la Universidad es la Sociedad, paganini en última instancia de los servicios que presta el sistema universitario público español.

2.- Dado que en el 95% de los casos, son los padres o tutores los que pagan ese 15% de las matrículas universitarias, si existe un cliente con un peso máximo en el total del 15%, ésos son los padres. Padres que, en definitiva, están más cerca de ser considerados Sociedad que no clientes individuales. Aunque en el caso de que estos padres sólo quieran el aprobado de sus retoños, este axioma no se cumpliría. Además, para eso está la Universidad privada (esto es tema para otra entrada).

Por tanto,

1.- A quien nos debemos como profesionales es a la Sociedad en su conjunto, a la que debemos ofrecer nuestros esfuerzos para que los alumnos se preparen adecuadamente y puedan devolverles a la sociedad lo que ésta ha invertido en ellos.

2.- Puestos a ponerles una etiqueta a los alumnos en el proceso económico-productivo, éstos son la materia prima que nosotros nos encontramos y a la que tenemos que aumentar su valor añadido, con la colaboración de la Universidad, padres y, por supuesto, los propios alumnos, sin cuya ayuda e interés es imposible su mejora.

5 comentarios:

  1. Por fin alguien lo dice. ¿Servirá eso para derrocar las encuestas de evaluación del profesorado? Porque lo que evalúan es si les caemos simpáticos a los alumnos y si les exigimos poco, por supuesto.
    Relacionado con esto, un post reciente en nuestro blog de ADRO:
    http://direccionresponsable.wordpress.com/2012/01/18/excelentologos-no-gracias/

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  2. Estoy de acuerdo con el análisis; efectivamente los alumnos son nuestra materia prima a la que debemos incrementar su valor. Y yo diría más: son nuestra razón de ser.

    Pero resulta que esa "clientela" (los alumnos) nunca han decidido nada sobre los profesores y su docencia, sobre el valor que aumentan en ellos; ni tampoco las encuestas. A los profesores universitarios se les mide y paga básicamente por las publicaciones.

    Ahora con Bolonia algo ha cambiado y también miden por las publicaciones en investigaciones docentes.

    En fin, que no le des mucha importancia; lo de "clientes" es una mentirijilla más en la demagogia actual.

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  3. Si los alumnos son clientes, vosotros, los profesores, ¿sois proveedores? , y los resultados académicos, antes, notas,¿ la cuenta de explotación?. ¡¡¡Cómo avanza la ciencia!!!

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  4. ¿quiere decir esto que desecháis la opinión que tienen los alumnos de vosotros?
    en mi larga experiencia como alumno he conocido todo tipo de profesores, buenos, muy malos y los que están en medio y esa opinión nunca ha tenido que ver con las notas o con exigir poco como dice ana maría (caer bien siempre beneficia en todos sitios) así que por favor no ninguneéis la opinión de vuestras "materias primas" sobre lo que estáis haciendo....

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  5. Y el clientelismo de los profesores...

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