miércoles, 24 de noviembre de 2010

Aportación de uno de nuestros lectores

Autor: El corazón tiene razones que la razón ignora

Todavía no salgo de mi asombro.

Cuando hablemos de incorrección política propongo que este Decano sea tomado como modelo y, cuando pase esta tormenta, pongamos su nombre a alguna rotonda de algun campus universitario.


No tiene pelos en la lengua a la hora de denunciar lo que a muchos nos parece la crónica de una muerte anunciada: el último grito de la moda en diseños educativos, a saber: el Plan Bolonia.

Desde mi humilde condición de sufriente empresario no puedo más que corroborar la inexistencia de grado alguno de correlación entre la mera tenencia de un título universitario público y la deseable garantía de éxito a la hora de contratar a un joven universitario(derecho a la educación versus obligación de ser competitivos en la aldea global).

Desde mi, todavía mas humilde, condición de cuasi-profesor universitario observo como el rigor de los contenidos que exponemos decrece a medida que se intensifica el "buen rollito" con un alumnado que, habiendo sido victima de la LOGSE, se dispone a ser devorado por la hiper-especialización de Bolonia.

Suscribo hasta la "z" la idea expuesta en el video de que, poco a poco, estamos pervirtiendo la esencia de lo que, en su origen, ha de ser la educación universitaria: un sistema transversal y enriquecedor con el que crecer como personas a la vez que se adquieren dotes de especialización y capacitación profesional.

La perversión de Bolonia reside en esa obsesión por una micro-especialización trufada con tintes utilitaristas, economicistas y fuertemente individualistas que, a la larga, dota a la sociedad de individuos con aptitud para las tareas productivas pero sin actitud ante la cada vez mas compleja realidad que nos rodea. Aqui viene que ni pintada la cita del mi admirado matemático, físico y (lo siento)filósofo y teologo francés Blaise-Pascal "Vale más saber alguna cosa de todo, que saberlo todo de una sola cosa"

Bueno chicos, gracias por poner el dedo en la herida.

1 comentario:

  1. Lo triste es que el 70% del profesorado universitario que conozco piensa que esto no a va a ninguna parte, y no no hemos hecho oir... más allá de las charlas de barra de bar a la hora del café. No hemos protestado, ni quejado, ni argumentado en contra, ni contraatacado con alternativas. Nuestra actuación ante el disparate de Bolonia ha sido igual a la nada más absoluta. ¿Dónde esta esa supuesta vanguardia élite intelectual que se supone que somos? No lo sé. Yo sólo veo a mucho tío preocupado por el próximo quinquenio o sexenio, por que no le pongan clase los viernes por la tarde, y por que no le cambien de asignatura con esto de Bolonia, vaya a ser que después de diez años se tenga que preparar una nueva. Con semejante gorilaje, qué quieren que les diga: tenemos lo que nos merecemos.

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